Usando una pequeña parte de cloro, el tema del olor, la irritación cutánea y en los ojos, la decoloración de las prendas, y el cabello o piel estropeada, a ese nivel no preocupa.
Si hablamos de ionizadores, hay dos modelos: uno es eléctrico (con mínimo consumo) tiene el tamaño de una caja de zapatos y va conectado en serie después del filtro, la bomba y la caldera (si tuviera) cuesta $ 4.500 y funciona mientras lo hace el filtro.
El otro es solar ($ 1.700), de aspecto similar a la boya de cloro, provisto de un panel solar pequeño que capta la energía del sol y la convierte en electricidad (inofensiva). Básicamente, consiste en un proceso que realiza el electrodo de cobre, el cual controla y limita el crecimiento de microorganismos, algas y parásitos a través de los iones que suelta y se mezclan con el agua.
Por último, están los ozonizadores, el generador es similar al ionizador eléctrico en tamaño, instalación y funcionamiento, con la diferencia que en vez de soltar iones para controlar los microorganismos trabaja con moléculas de ozono, el costo es de $5.000.
El cloro es necesario (al menos en un 10%) por dos razones principales, entre otras, primero porque elimina bacterias que otros no logran, y segundo para mantener el agua que se oxida y aparece turbia por los bronceadores, fluidos corporales, polvo…
Un dato más. La firma Nesi comercializa estos artefactos desde Buenos Aires.
lunes 04 de febrero | 2013
Reto desafiante al cloro
(Por Sara Bongiovanni) El backstage de una tarde de trampolín, sol y chapuzones, es una sesión de mantenimiento del agua de la piscina, con un cóctel de cloro, alguicidas, clarificador, y algo más, que a pesar de su toxicidad (baja obviamente) hasta hace un tiempo no quedaba otra. Hay sin embargo, dos sistemas interesantes que son bactericidas naturales: la ionización y la ozonización ¿te suenan? Vale decir, que ambos ofrecen mejorar la calidad del agua reduciendo el uso del cloro en un 90%.





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