Haciendo números: el adelanto de Ganancias que pide la Afip, hace que las pymes pierdan un 70% del monto adelantado (por la inflación)

(Por Soledad Huespe) “Cualquier anticipo de impuestos es malo por definición, porque implica que un contribuyente está adelantando dinero al fisco sin tener la certeza de que ese anticipo va a corresponder con un impuesto a pagar”, sentencia el contador José Luis Arnoletto. ¿Cuáles son los “defectos” del impuesto (que también se paga en otros países latinoamericanos)? ¿Cuánto le cuesta a una empresa en términos reales?

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En septiembre, octubre o noviembre, una empresa argentina va a adelantar un impuesto, cuyo monto recién va a conocer (y va a tener la exigibilidad de pagarlo), en mayo de 2023. ¿Qué significa eso?

“En este caso, este anticipo extraordinario tiene 4 defectos mayores que los otros anticipos anteriores del impuesto a las ganancias”, advierte Arnoletto, ex presidente de la Federación Argentina de Consejos Profesionales de Ciencias Económicas. Veamos:

  1. “Se calcula sobre la ganancia del año anterior, que pudo haber sido una ganancia positiva, pero no le permite a la empresa deducir si tuvo quebrantos en años anteriores, que se tienen que descontar primero, antes de calcular el saldo del impuesto. Este anticipo no permite descontarlos”, comienza enumerando.

  2. “Si del impuesto determinado en función de la ganancia del año pasado, la empresa sufre retenciones, percepciones o cualquier otro tipo de detracción o de cobro anticipado que hace el fisco, tampoco se puede deducir para este anticipo”, continúa.

  3. “La empresa no puede pedir reducción de anticipos en forma automática, sino que para que le autorice el anticipo tiene que darse el hecho de no haber tenido ganancias el último año.

  4. “La cuarta, y gravísima, es que con una inflación que se estima del 100% anual para este año, anticipar en septiembre un impuesto que va a vencer en mayo del año que viene, hace que la empresa tenga que inmovilizar un dinero ahora, 6 ó 7 meses antes (o 9 meses antes en algún caso) de cuando vence el impuesto. Lo cual lleva a una pérdida por inflación cercana al 70, 80%. Es decir, esa plata que la empresa podría aplicar para otra cosa, se la tiene que financiar al Estado perdiendo prácticamente la mitad de su valor”, remata.

El adelanto en un ejemplo concreto
Pongamos un ejemplo. Si la ganancia del año pasado de una empresa fue de $ 100, el impuesto (el 30%), es de $ 30 -sobre esos $ 100-. De acuerdo a la nueva normativa, la empresa tiene que anticipar el 25% de eso. “Es decir  $ 7,50 sobre $ 30 del impuesto que va a tener que pagar el año que viene, si es que tiene la misma ganancia que este año. Si a esos $ 7,50 la empresa los pusiera en un plazo fijo, le costaría entre el 5 y el 7% mensual. Si el contribuyente le debe plata a Afip, el organismo le cobra arriba del 5% mensual de interés resarcitorio y arriba del 7% de interés punitorio”, concluye el contador.

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