La GSMA nuclea a 650 operadores móviles de todo el mundo y mientras impulsa que más gente se sume a la banda ancha móvil, debe tirar de un carro que considera está cargado de forma injusta: los grandes generadores de tráfico (Google con Youtube, Meta con Instagram y Whatsapp, Tiktok, Netflix, Amazon) no aportan al sostenimiento de las redes porque -dicen- ya paga el usuario final por esto.
“Como está planteado el juego, estos agentes económicos no tienen ningún incentivo a ser eficientes en el uso de la red -explica Lucas Gallito, director para América Latina de GSMA-; les da lo mismo enviar un contenido en 8K para un dispositivo móvil que obtendría el mismo resultado en 1080 pixeles”.
Así las cosas, las operadoras aglomeradas en la GSMA entienden que mientras estas grandes corporaciones no enfrenten una “señal de precio”, van a seguir promoviendo el tráfico ineficiente. Y redoblan la apuesta: hasta el 30% de los contenidos que entregan estas empresas es material no solicitado por el usuario, publicidad, de la que obtienen una ganancia adicional, explica Gallito.
El gran punto de debate es por qué los operadores no cobran por tráfico a los usuarios finales, es decir, por qué no trasladan este uso a sus clientes finales. La respuesta de la GSMA es clara: “Esto implicaría poner la responsabilidad y la carga del uso eficiente de las redes sobre millones de consumidores, que deberían aprender a monitorear su uso de los datos, a pesar de no tener control sobre la cantidad de anuncios que ven o la calidad de los videos en línea. Por el contrario, las grandes plataformas están capacitadas y tienen los recursos para gestionar de forma más eficiente su propio tráfico”.
Aunque para muchos los operadores (Claro, Personal, Movistar en Argentina) son los que se enriquecen con el cobro de sus servicios de datos, Gallito muestra que los precios de los operadores son deflacionarios, es decir, caen en términos reales desde hace años.
Además, los operadores deben soportar no solo la inversión en infraestructura, sino los pagos por el uso del espectro donde -al menos en Latam- casi todos los países (a excepción de Chile) licitan bandas radioeléctricas con objetivos fiscales. En Argentina, además, el consumo de conectividad tiene una alícuota de 27% del IVA, una penalización adicional al consumo de un servicio que mejora la productividad de las empresas y la calidad de vida de las personas.
Qué es el “fair share”
El concepto de la GSMA es avanzar hacia el “fair share” (contribución justa) que ha hecho pie en países como Corea del Sur donde han ganado la batalla. En Estados Unidos hay poco interés político por meterse en el tema y la Comunidad Europea tiene el asunto en carpeta, pero sin grandes avances.
En nuestra región, Brasil ha llamado a consulta pública para escuchar a las partes y movimientos similares se notan en Colombia y Perú.
Sin una “contribución justa”, es de esperar que el despliegue de redes 5G siga a un ritmo menor, porque el recupero de las inversiones es cada vez más pequeño para los operadores, mientras que los gigantes de los contenidos sacan provecho de estos avances en las nuevas tecnologías.
En el fondo, el tema toca el siempre delicado principio de “neutralidad de la red”, por la cual todos los contenidos deben fluir por internet sin privilegios ni trabas.
Mitos y realidades del fair share (en la mirada de la GSMA)
Mito 1: “La cantidad de tráfico no influye en los costos de la red”. Por el contrario, este factor impacta tanto en los gastos de despliegue como en los costos operativos. La distribución de las estaciones base, los requerimientos de actualización tecnológica y las inversiones en espectro aumentan según se precise gestionar poco, medio o alto tráfico.
Mito 2: “Un cobro directo a las grandes plataformas implicaría cobrar dos veces por el mismo servicio”. En realidad, las redes son un mercado de dos caras que permite a los usuarios finales acceder al contenido, y a los proveedores de contenido llegar a los usuarios. El fair share permitiría corregir la disparidad actual, en la que los usuarios finales terminan subsidiando a los usuarios intensivos de las redes, como Meta, Alphabet y TikTok.
Mito 3: “Los operadores podrían cobrarles a los usuarios finales por el volumen de tráfico que generan”. Esto implicaría poner la responsabilidad y la carga del uso eficiente de las redes sobre millones de consumidores, que deberían aprender a monitorear su uso de los datos, a pesar de no tener control sobre la cantidad de anuncios que ven o la calidad de los videos en línea. Por el contrario, las grandes plataformas están capacitadas y tienen los recursos para gestionar de forma más eficiente su propio tráfico.
Mito 4: “Los grandes generadores de tráfico ya invierten en la infraestructura digital”. Las inversiones de las grandes plataformas ―en cables submarinos, centros de datos y redes de distribución de contenido (CDN, por sus siglas en inglés)― optimizan la transmisión de datos desde sus propios servidores hacia las redes. Además de limitarse a beneficiar contenido propio, casi el 80% del total de los costos de las redes proviene de las redes de acceso. En 2022, las plataformas de internet invirtieron aproximadamente USD 7.600 millones en las funciones de transporte y distribución de las redes, mientras que las inversiones de capital de los operadores de red ascendieron a USD 200.000 millones.
Mito 5: “Los pagos directos son poco frecuentes porque el modelo actual funciona y es aceptado por el mercado”. La adopción de cobros por uso de la red está hoy limitada por regulaciones. Reglas sobre la neutralidad de la red, obligaciones de servicio universal y de calidad y demás normas sobre peering e interconexión restringen el poder de negociación de los operadores de red.
Mito 6: “Los pagos directos van en contra de una internet abierta”. Los pagos son compatibles con los principios de no discriminación y apertura de internet ya que pueden aplicarse por unidad de datos a los proveedores de gran escala, y no por tipo de tráfico o proveedor específico.
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Federico Renato Schmitt :
Esta nota dice "El gran punto de debate es por qué los operadores no cobran por tráfico a los usuarios finales, es decir, por qué no trasladan este uso a sus clientes finales." siendo que TODAS las operadoras de telefonía móvil de Argentina cobran por los datos que se consumen (porqué dice eso esta nota si en la realidad no es así ?) El usuario final es el que termina pagando todo, contenido, medio de acceso a contenido, apps, etc, etc, etc. Saludos !