La pequeña Finlandia en las sierras de Córdoba: una escuela ideal para los niños del tercer milenio (adscrito a la enseñanza oficial)

(Por Valeria L. Margosian / RdF) A 45 minutos de Córdoba capital está el Instituto Thomas Edison, una escuela disruptiva que innova en los procesos de aprendizaje: se basa en las neurociencias, la inteligencia múltiple y la educación emocional. “El alumno ya no se adapta a un sistema donde tiene que estar sentado y callado, ya que su principal canal de comunicación es el cuerpo; por eso se ven tantos niños medicados o con psicopedagogos”, aseguran. ¿La cuota? $ 17.000 para todos los niveles.

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Natalia Viero, licenciada en educación especial y analista institucional de Córdoba (por lo que conoce de primera mano la realidad educativa de la provincia) detectó en Bialet Massé una carencia en espacios de formación y comenzó allí con la educación maternal en 2012; luego fue agregando niveles porque la necesidad así se lo dictaba. 

Ese fue el origen de la Fundación Puerto María Lihuén, un espacio educativo para formar a los niños de hoy (del tercer milenio) que se caracterizan por tener un cerebro con mayor conectividad, más intuición y gran inteligencia práctica. 

“El alumno ya no se adapta a un sistema donde tiene que estar sentado y callado, ya que su principal canal de comunicación es el cuerpo; por eso se ven tantos niños medicados o con psicopedagogos”, sostiene Natalia quien aboga y aplica un nuevo paradigma educativo desde las neurociencias, las inteligencias múltiples y la educación emocional. “El docente ya no tiene el poder del conocimiento porque hoy con un clic tenés toda la información; el poder del maestro está en cómo va a guiar al alumno para que pueda adquirir el conocimiento, aplicarlo y transformarlo”, agrega.

La fundación dio origen al Instituto Thomas Edison que cuenta con nivel inicial, primario y secundario (hasta segundo año). Desde 2021 está adscrito a la enseñanza oficial. En el secundario se egresa (la primera promoción será en 2026) con orientación en informática. Recibe a más de 100 estudiantes (en grupos de 15 aproximadamente) que provienen de Bialet Massé y zonas aledañas (incluyendo la ciudad de Córdoba). 

El lema creador es: “Todos somos diferentes y de la diversidad aprendemos”. Natalia (quien es la presidenta de la fundación y la directora general del instituto) se ha inspirado, para elaborar su espacio educativo, en la escuela finlandesa y en las investigaciones de neurocientíficos, especialmente en el proyecto de inteligencias múltiples del norteamericano Gardner. “Todo lo he tomado y adaptado a nuestra regionalización; tiene que ver con mi formación y con la observación sobre lo que es necesario desarrollar en Argentina”, manifiesta. 

La licenciada reconoce que replicar una escuela finlandesa acá es complicado, pero al igual que esta, aborda al niño de manera integral y holística, entendiendo que el primer cerebro que se debe trabajar es el emocional. Por eso, los docentes del instituto son formados especialmente por ella en ese paradigma educativo. 

El instituto toma la propuesta curricular del Ministerio de Educación de Córdoba, como cualquier otro colegio de la provincia (el qué vamos a dar). “Lo que cambia es el cómo lo damos; ya que aplicamos neurodidácticas particulares; el contenido es una excusa para desarrollar habilidades y competencias para la vida misma”, sostiene Viero, quien apunta a que los chicos entiendan para qué estudian. “En unos años vamos a tener empleos que ni siquiera imaginamos; tengo que preparar al niño teniendo en cuenta el futuro”, añade.

Por eso trabajan con simuladores de la vida real. Por ejemplo, a la matemática la enseñan desde la educación financiera. Así, montan un almacén institucional donde los alumnos entienden cómo se hace una entrada de dinero, una salida, qué es un proveedor o una inflación. Cada contenido curricular tiene su simulador y concluye con un producto final (que se entrega mensualmente en todos los niveles). “El alumno vive la información y la transforma en conocimiento; la experimenta”, asegura orgullosa la directora. 

Para ilustrar cómo aprenden los chicos, Natalia explica: “El cerebro asimila por los sentidos, entonces, primero tengo que trabajar didácticas en lo emocional para tener un aprendizaje más rápido y que nunca se olvide”. Se aplican múltiples neurodidácticas y se evalúa de varias formas (ya que cada persona tiene diversas fortalezas y debilidades).

Los estudiantes se forman en robótica, programación, impresión en 3D, deportes (a través del juego y la cooperación), taekwondo (para defensa personal y autocontrol), yoga (para gestionar y regular la energía), mindfuless (para manejar los estímulos y no estresarse). También tienen música y desde pequeños van conociendo los instrumentos. En tercer grado eligen uno (violín, saxo, piano, batería, guitarra) y pasan a integrar la banda de la escuela. “Creamos nuestras canciones, le ponemos música a las letras, las grabamos y las cantamos. Nada se pierde. Todo está integrado”, cuenta la licenciada.

Paralelamente, el instituto hace hincapié en la preservación de la comunidad y el cuidado del medioambiente. “Nuestros alumnos de todos los niveles, para promocionarse deben plantar 10 plantas autóctonas y prestar un servicio de 32 horas solidarias junto a sus familias anualmente; colaboran en residencias, merenderos o escuelas rurales”, subraya Viero.

¿Es lo que busco para mi hijo?
En general, cuando uno elige la escuela lo hace por referencias, recomendaciones, porque es donde quedan vacantes o porque queda cerca de casa; es muy difícil optar viviéndola. Puerto María Lihuén ofrece un proceso de admisión innovador en ese sentido. “Las familias tienen una entrevista y abrimos la escuela para que el postulante comparta una semana con el grado al que va a ingresar; así puede vivenciar el proyecto”, expresa Natalia
Los niños se pueden sumar en cualquier grado, incluso en el secundario. “Poseen un cerebro muy flexible lo que contribuye a que se adapten inmediatamente a nuestra propuesta; recibimos chicos que han sufrido bullying o que vienen de escuelas con ciertas necesidades de supervivencia y rápidamente se dan cuenta que aquí pueden expresarse porque hay espacio para la conversación, el debate y la argumentación”, comenta.

¿Precios? 
Todavía no está definido el costo de la matrícula 2023. Este año fue de $ 20.000 y la cuota mensual (de marzo a diciembre) es de $ 17.000 en todos los niveles del instituto.
 

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