Santista, la empresa detrás del 25% de los jeans que se venden en Argentina (y dueña de la marca Ombú)

(Por Franco Bossa) Con el objetivo de fortalecerse frente a un mercado cada vez más competitivo -y para que no se los “coma” China-, la empresa anunció un plan de inversiones de US$ 16 millones a desembolsar antes del 2025. En esta nota Marcelo Arabolaza, gerente general de la compañía, nos cuenta los principales desafíos que atraviesan en el contexto actual.
 

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Marcelo Arabolaza, gerente general de Santista.
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Con una producción anual aproximada de 25.000 kilómetros de tela al año, Santista provee los materiales para la manufactura de aproximadamente 1 de cada 4 jeans que se usan en Argentina. La firma completa su portafolio con su línea de “Workwear” (tejidos para indumentaria de trabajo), que con su nave insignia “Ombú” posee el 60% del mercado.

Este año la empresa cumple 95 años, y de cara a su primer siglo en el país, planean una importante inversión. “El año pasado destinamos US$ 4 millones, y ahora estamos en condiciones de confirmar que antes de terminar el 2021 pondremos otros US$ 5 millones. Esperamos alcanzar una inversión final de US$ 16 millones para el 2025”, comenta a InfoNegocios Marcelo Arabolaza, gerente general de Santista.
 


Hacerle frente al gigante asiático
Según Arabolaza, el desembolso fue decidido en 2019, tras una revisión estratégica de sus objetivos. Como parte de esto Santista importó  30 telares Toyota de última generación a lo largo del año pasado.

En ese sentido, el vocero específica: “Nos dimos cuenta de que no podíamos seguir dependiendo de los ciclos económicos del país. Por eso apostamos a una importante actualización tecnológica: apuntamos a modernizar toda nuestra capacidad y poder competir a nivel internacional”.

Al ser consultado sobre el fortalecimiento de China como proveedor de textiles, y su impacto en el mercado local, Arabolaza explicó que esto también motivó a dicha revisión, ya que “para competir con ellos es necesario alcanzar niveles muy altos de producción. Por eso incorporamos estas nuevas tecnologías, que nos permiten justamente eso”.
 


En un mundo pandémico, ¿joggineta mata a jean?
Desde Santista reconocen que, inevitablemente, el contexto sanitario y la crisis del coronavirus están generando cambios en los hábitos de consumo que llegaron para quedarse, como un aumento en las ventas a través de canales e-commerce. Sin embargo, no temen que esto pueda tener un impacto negativo en el consumo de sus productos. 

Para Arabolaza, “con pandemia o sin pandemia, siempre hubo tendencias. Somos conscientes que los usuarios prefieren telas más cómodas, en parte porque ahora pasan más tiempo en sus casas, pero la industria ha ido acompañando ese proceso. Sobre todo con el desarrollo de los demis elastizados, que originalmente estaban pensados únicamente para indumentaria femenina; hoy el jean duro ya casi que ni existe. En ese sentido, creo que la moda del jeanswear no va a desaparecer nunca”.

Aún así, el gerente reconoce que sufrieron una merma en las ventas vinculadas a la moda durante el transcurso del último año, debido a la recesión económica. 

Distinto fue el escenario para su línea de insumos para la ropa de trabajo, sector al que Arabolaza describió como “menos elástico”. Además, desde la compañía destacan que, por ser proveedores de trabajadores esenciales, pudieron reactivar estas operaciones casi de manera inmediata, lo que les ayudó a mitigar las dificultades propias del parate.
 


Los desafíos de ser sustentable
Para responder a las demandas de un público cada vez más exigente en cuanto a responsabilidad social, Santista incorporó a su materia prima el “Algodón Responsable Argentino” (ARA), producto certificado en la disminución de su impacto ambiental.

Por otro lado, sobre el consumo de agua requerido para el lavado de los jeans, Arabolaza dice que está entre las preocupaciones de la empresa, pero remarca que este proceso es llevado a cabo por los fabricantes de las prendas (y no en la elaboración de la tela).
 

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