El Allende tiene listo para mañana su “hospital de campaña” en la playa del Cerro (vienen 4 semanas calientes)

Aunque todavía no han recibido pacientes con la enfermedad en ninguna de sus dos sedes, los especialistas en salud ya toman medidas para evitar el contagio en sus instalaciones. Más detalles, a continuación. 

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La nueva tienda de campaña, instalada en el estacionamiento del Sanatorio Allende (sede Cerro de las Rosas).
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El mostrador de informes de la sede del Cerro, mucho más cerca de la entrada principal.
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Escritorio de recepción, delimitado con una cinta roja (para indicar a pacientes donde deben pararse).
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Sala de espera con número reducido de asientos, ubicados a mayor distancia entre ellos.
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Carteles en las instalaciones del Hospital recuerdan la importancia de mantener las distancias.

Los próximos 30 días  prometen ser, como mínimo, “moviditos” para el sector de salud. Aunque no hay total certeza, miembros del cuerpo médico del Sanatorio Allende estiman que los casos del COVID-19 irán en ascenso hasta finalizada la primer quincena de abril (cuando la curva de crecimiento debería empezar a “achatarse). 

Por esto, la clínica ya puso en marcha una serie de medidas con las que buscan combatir la problemática y acercar mayor seguridad a sus pacientes.
 


En sus dos sedes ya han instalado hospitales de campaña; en la del cerro, el mismo fue ubicado fuera del edificio principal, en una carpa instalada en el estacionamiento del recinto. 

El resto de las medidas se alinean con lo sugerido por el Ministerio de salud y la OMS, y están orientados a evitar el contacto entre las personas. En primer lugar, todas las puertas que dan al exterior de los edificios han sido dividas, destinando algunas de ellas exclusivamente a la entrada y otra a la salida (con el fin de evitar amontonamientos). El mostrador de informes fue acercado al ingreso, para poder informarles a todas las personas a donde deben dirigirse apenas entran al recinto. 

Todos los escritorios de recepción han sido delimitados con una línea roja, que indica a los asistentes donde deben pararse para mantener la distancia adecuada, y se redujo el número de asientos en las salas de espera (para permitir que los mismo se encuentren más separados entre ellos). Por último, se instaló señalética que recuerda a los presentes la importancia de evitar el contacto físico con otras personas en el recinto.
 

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