De cómo Carrier refresca un Miguel Ángel

En octubre la Capilla Sixtina contará con un nuevo sistema de climatización Carrier preparado para calefacción y refrigeración.
Los frescos de Miguel Ángel  que son conservados con sumo cuidado ahora tendrán un respaldo en lo que corresponde a climatización permitiendo que el número de visitantes que se pasean ante la obra de arte pase de las 700 a las 2.000 personas (todas al mismo tiempo, claro).
El cambio en el sistema de aireación sirve para que las pinturas se protejan de elementos nocivos como polvo, sudor o dióxido de carbono . Además, permite que los cambios de temperatura de verano a invierno sean más paulatinos y no tan repentinos producto del cambio climático global; de esta manera, los frescos se conservan mejor y no sufren las contingencias del tiempo.

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El sistema se apoya en el CCN (Carrier Comfort Network), un dispositivo de control digital directo basado en microprocesadores, patentado por Carrier e instalado de tal forma que se respetan los detalles de la estructura histórica en la que trabajará.

El equipo que regula la temperatura, limpia el aire y controla la humedad es un conjunto de elementos entre los que destacan una enfriadora con una capacidad de 200 kW y una unidad de tratamiento de aire con capacidad para tratar y acondicionar 17.000 m3 de aire, ambas de Carrier, además de bombas y torres de refrigeración. Todos estos componentes conectados al CCN que controla el sistema.

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