“Utilizar la restricción a las importaciones como herramienta principal para mantener saldo positivo en la balanza comercial en lugar de expandir fuertemente las exportaciones nos atrapó en una espiral involutiva. Menos importaciones, menos exportaciones, menos producción, menos inversiones, finalmente menos saldo comercial”, resume. Norberto Delfino, titular de la Cacec.
“La Argentina pasó de rediscutir periódicamente su modelo de inserción a no discutirlo en absoluto en la última década”, sentencia Delfino, quien explica que la primarización de nuestras exportaciones, la concentración de los mercados de destino, las falencias de competitividad sistémica, la caída del precio de los commodities, el atraso cambiario y la maraña de trabas y regulaciones al comercio exterior no podían desembocar en otro resultado.
“Argentina no sólo despreció oportunidades y resignó mercados, sino que además, manejó el comercio internacional de manera poco profesional, limitándose a simples medidas de promoción en ferias y misiones comerciales entre un reducido grupo de empresas ‘amigas’”, subraya.
Para Delfino, Argentina deberá amigarse con el mundo y desarrollar una estrategia inteligente de inserción en los grandes flujos comerciales globales. En ese sentido la entidad aportó el “Programa de Inserción de Argentina al Mundo” (Ver acá)
Para Delfino, Argentina deberá amigarse con el mundo y desarrollar una estrategia inteligente de inserción en los grandes flujos comerciales globales. En ese sentido la entidad aportó el “Programa de Inserción de Argentina al Mundo” (Ver acá)
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