“Córdoba, en pie de reclamo por la ola de inseguridad”. Ese fue el título que llegó a la tapa del diario La Nación el viernes pasado.
La noticia no refleja más que la sensación que perciben los habitantes de muchos barrios de esta ciudad y que el caso del “samurái” destapó y tradujo en una sucesión de movilizaciones para reclamar más presencia y control policial, alumbrado público, mejora en las calles, etc.
Pero el mercado también revela que esa sensación existe y que se ha acrecentado en los últimos dos meses. De acuerdo a datos de la Cesec la venta de alarmas, cercos perimetrales eléctricos y videocámaras en marzo y abril se incremento alrededor del 40% respecto a igual período del año pasado.
“Hay claramente una mayor sensación de inseguridad -sostiene Ernesto Ravazza, secretario de esa cámara- que se traslada a la venta de productos. Se nota en casi todos y puede que un poco más en los cercos”, dice.
Según datos de mercado, un sistema de alarma básico para una vivienda familiar (dos dormitorios, cocina, living-comedor) cuesta entre $ 3.000 y $ 5.000, a los que hay que sumarles alrededor de $ 300 si se adquiere el servicio de monitoreo.
Pero no sólo la demanda de productos electrónicos crece por la inseguridad sino también la de otros emblemáticos, como las rejas.
“Estamos teniendo más consultas en rejas para el perímetro de la vivienda pero donde se nota un incremento en la demanda es en las rejas para la puerta de ingreso, no podría decirte cuánto pero con seguridad más del 20 o 30%”, explicó la encargada de Herrería Caballito, una de las históricas del rubro en Córdoba. El costo de ese tipo de rejas arranca en los $ 2.700, incluyendo la instalación.
¿Son legales los cercos eléctricos?
Desde la Cesec explican que si los cercos perimetrales cumplen con las normas de instalación y de fabricación no son ilegales. “Para que estén permitidos tienen que estar homologados (Normas IRAM; ISO 9001) y cumplir requisitos de instalación: por ejemplo, si están sobre una medianera pública el primer hilo de electrificación debe estar al menos a dos metros”, señalan. Sobre este polémico tema subrayaron: “La descarga eléctrica no es la misma que la de un boyero eléctrico de un campo”.
El inhibidor de alarmas
El viernes la Policía de Córdoba descubrió una nueva modalidad delictiva para el robo de automóviles. Lo llaman el “inhibidor de alarmas” y se trata de un equipo que se lleva en un bolso y anula el sistema de alarma de un vehículo al emitir una señal mayor que interrumpe la misma. Aparentemente también puede hacerlo con el de una casa.
La solución -indicó la Policía- es poner un traba volante o un cortacorriente en el vehículo y mantener un doble circuito cerrado en la vivienda.
Al respecto, desde la Cesec precisaron que este sistema no inhibe las alarmas hogareñas.
“Puede cortar la señal a la central de monitoreo por algunas de las vías de comunicación pero habitualmente no hay sólo una: puede ser por celular, por telefonía fija, Internet o radial pero de ninguna manera inhibe la alarma”, explicaron a este medio.
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