Sí, se puede: el IVA debería pagarse cuando se cobra la operación y no cuando se factura

“Hay que pagar impuestos a principios de mes por bienes y servicios que vamos a cobrar en 45 días”.
“La verdad, es que todos estamos en la misma: el costo financiero por la demora en la cadena de pagos es cada vez más alto”.
Las frases son de dos empresarios de distintos rubros que esta semana charlaron con InfoNegocios. El estiramiento de los plazos en la cobranza –con una inflación del 25% anual- es “el” tema de la coyuntura.
Haciendo memoria, recordamos que lo mismo ocurría a mediados de 2001 y que por entonces Domingo Cavallo había logrado una ley para “descomprimir” la presión tributaria del IVA. Básicamente consistía en pagarlo cuando se percibía el pago y no cuando se facturaba, obligando a pagar las facturas (vía bancaria) para poder utilizar el crédito fiscal. La ley nunca se aplicó -la economía tenía otras prioridades por entonces - pero era muy bien vista por el empresariado.
¿Hoy se podría hacer lo mismo?

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“Se podría haber hecho con un nivel mayor de reservas, hoy debería formar parte de una reforma tributaria integral”, opina José María Farré. ¿Y el bache fiscal? Con el actual déficit el perjuicio financiero transitorio para el Fisco no pasaría desapercibido, a pesar que hoy existen más impuestos que en 2011 (retenciones, etc). “Hay que ver cuánto de lo que se vende es ‘a cobrar’ para determinar el impacto”, advierte Andrés Mir, del Iaraf. Lo cierto es el sistema comercial el que hoy soporta ese perjuicio.
Una idea para solucionar ese bache fiscal la daba quien fuera el secretario de Programación Económica de aquellos años, Federico Sturzenegger.

“Si se generase algún bache (fiscal), decía Sturzenegger en una nota al suplemento Cash del diario Página 12,  se compensará con la creación de un fondo fiduciario con las deudas impositivas y los créditos fiscales; emitiendo certificados por los créditos fiscales de los contribuyentes, que se van a descontar en el sector financiero. Al cobrar ese crédito, en la próxima presentación van a tener que pagar, porque no les va a quedar nada más para compensar. Así va a haber un ingreso extra de IVA”, analizaba por entonces.
Cabe resaltar que el proyecto presentado por Cavallo sólo hacía alusión al IVA. Hoy, los empresarios se quejan por la presión tributaria de otros impuestos, en particular Ingresos Brutos, que cobra la Provincia, y el Inmobiliario Municipal y la falta de ajuste por inflación en los balances.
Lo cierto es que el proyecto de Cavallo para aliviar la presión por la demora en la cadena de pagos nunca prosperó. Hoy, sólo sigue siendo una idea. (Guillermo López)

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